Según indicaron desde ambas instituciones, el conflicto comenzó cuando personas ajenas a ambos clubes, que observaban el partido desde los tapiales, lanzaron gomerasos hacia hinchas de Platense. Esto generó una confusión que terminó involucrando también a jugadores de Racing, y derivó en serios disturbios.
Desde los clubes apuntaron directamente a la responsabilidad policial. Los adicionales contratados por la institución local se retiraron antes de tiempo, no esperaron la desconcentración total del público y no garantizaron seguridad en las salidas. Además, pese a los llamados al 911, no acudió ningún patrullero al lugar.
Tanto Platense como Racing expresaron su malestar, asegurando que hacen un gran esfuerzo económico para pagar los operativos policiales, que finalmente no cumplieron con su deber.